Todos
los seres humanos, por el hecho de serlo, compartimos un conjunto de
características que nos definen como grupo y nos diferencian de otras especies
animales. Además, todos los seres humanos llevamos implícita la condición de
ser persona. Luego, a lo largo de la vida, desarrollamos esta condición, lo que supone un incremento de la capacidad de orientar la propia
vida y de ejercer la capacidad de elegir.
El
ser humano es un ser social que necesita de la relación con otras
personas para desarrollarse. Por tanto, todo desarrollo
personal exige la existencia de un espacio compartido en el que el ser humano
se relacione con otros humanos e intercambie cosas, pero también ideas,
pensamientos, sentimientos, estados de ánimo, etcétera.
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